¿Dos monitores?

La respuesta corta y rápida a esta pregunta es sí. Voy a intentar ahora justificarles el por qué de una de las mejores inversiones que pueden realizar en su negocio si quieren mejorar el rendimiento de sus puestos informáticos, y espero convencerles de que ese sí tan rotundo y de cara no tiene ningún pero.

Hace unos años existían varios problemas con este tipo de instalación, a saber:

-Los monitores de tubo catódico ocupaban un montón de espacio, y consumían mucha electricidad.

-Los monitores planos eran pequeños, la calidad de imagen no era especialmente buena y encima salían más caros que un mal matrimonio.

-Muy pocas tarjetas de vídeo venían equipadas con dos salidas de monitor, y las que tenían esta capacidad eran bastante caras.

En este momento se pueden comprar monitores bastante decentes por incluso menos de cien euros, ocupan muy poco espacio para la extensión útil de pantalla que nos ofrecen y el consumo durante su funcionamiento no suele exceder los 40 Watios. En cuanto a tarjetas de vídeo, la mayoría de ordenadores ya vienen con dos salidas de serie, bien VGA o HDMI, según los modelos. Esto es así incluso con las tarjetas de vídeo integradas en la placa base, que suelen ser la gran mayoría en equipos de trabajo, salvo estaciones de CAD o equipos de diseño gráfico, que en estos casos ya suelen venir preparadas para más de dos monitores. Incluso en equipos portátiles se puede añadir un segundo monitor cuando estemos en la oficina, sin necesidad de entrar en procesos de instalación complicados. Suele ser tan sencillo como enchufar el segundo monitor y decirle al Windows que extienda el escritorio a ese segundo monitor.

Una vez que hemos visto que no hay inconvenientes ni por la parte física, ni por la parte monetaria, ni por la parte energética, ni por la parte de configuración, voy a intentar demostrar la enorme conveniencia de tener un segundo monitor, y lo voy a hacer con unos sencillos casos prácticos para que vean ustedes lo cómodos que se vuelven multitud de procesos rutinarios con la ayuda de esta pequeña inversión.

Pensemos que usted se dedica a una actividad relacionada con la contabilidad, en la que, sin esforzarse mucho, acaba usted manejando a la vez el programa de gestión, el navegador de internet, un visor de pdf, un procesador de texto, una hoja de cálculo… Y encima tiene usted que incorporar información de una fuente a otra de forma constante, forzándole a continuos cambios de aplicación. Esto implica viajes de ratón sin fin a la barra de tareas para seleccionar la aplicación de origen de los datos para seleccionarlos, y viaje de vuelta para seleccionar la aplicación de destino. Si tuviera usted un segundo monitor podría tener cada aplicación en uno de ellos, disminuyendo el número de viajes, como poco, a la mitad. Eso sin tener en cuenta la cantidad de veces que uno elige la aplicación incorrecta porque la barra de tareas está un poco saturada por las necesidades del trabajo diario. Este ahorro puede parecer trivial, pero si suma usted la cantidad de segundos desperdiciados en cada uno de estos viajes dobles, triples o peor durante todo un mes. Son muchas horas improductivas en mover el ratón, que estarían mejor empleadas haciendo cualquier otra cosa, tanto si es usted empresario como si es empleado.

Imaginemos que tiene usted un equipo doméstico que emplea para hacer sus pequeños trabajos informáticos y para entretenimiento: Puede realizar usted esas mismas labores mientras ve un video del youtube, o una película, o más importante aún, ponerle unos dibujos al pequeñajo que tiene colgado del codo para que no meta los dedos en el teclado mientras usted intenta hacer la transferencia bancaria del pago de la plaza de garaje. Créame, es rentabilísimo que su hijo no se apoye en el cero del teclado numérico mientras realiza usted estas delicadísimas operaciones. Si no se lo acaba de creer, piense en la paliza que tendría que aguantar de su cónyuge en caso de que algo como esto llegase a ocurrir y llegaría a la, acertada, conclusión de que invertir en un segundo monitor es una de las mejores decisiones que podría llegar a tomar en su vida.

En resumen, y repitiendo el inicio de este artículo: Sí. Un segundo monitor es muy rentable. Invierta en él.